Sin lugar a dudas, si existe un factor que va a marcar las finales de conferencia de la NFL, este será el clima. Los partidos se juegan en Green Bay y en Foxborough, dos de los estadios que se encuentran más al norte (sin ser domes), más fríos, donde más sopla el viento y donde es más probable que nieve.
El Lambeau Field de Green Bay es más conocido como la tundra helada y allí en 1967 se jugó la famosa Ice Bowl, que enfrentó a Cowboys y Packers en la final de conferencia de la NFC y donde los locales vencieron con un touchdown del quarterback Bart Starr “sobre la bocina” con una carrera de dos yardas. Aquel partido fue el más frío de la historia de la competición con -25ºC, y el campo se convirtió en una auténtica pista de patinaje.
A partir de ahí, ir a jugar al Lambeau Field en invierno ha sido una pesadilla para todas las franquicias. Sin embargo, los Packers en este tipo de condiciones climatológicas se sienten como “pez en el agua” y lo demostraron este domingo ante los Seahawks. Y para este fin de semana las previsiones, pese a no hablar de nieve, predicen -19ºC y una sensación térmica de -29ºC.
Por otro lado, en Boston, los New England Patriots juegan sus partidos como locales en el Guillett Stadium, otro campo con temperaturas gélidas. Sin embargo, así como a los Packers les viene como “anillo al dedo” el frío y la nieve, al juego de los Patriots le viene bastante mal. New England basa su estrategia en el pase, un tipo de juego difícil de llevar a cabo con viento y nieve. Además, está claro que todo aquello que complique el normal desarrollo del juego, suele favorecer al equipo inferior, en este caso a los Chargers. Y para este fin de semana se espera -10ºC y puede que nieve en Foxborough.
Resumiendo, el clima va a jugar un papel importante una vez más en la NFL. Seguro que todos los equipos siguen muy de cerca las previsiones meteorológicas y miran al cielo esperando que las condiciones climatológicas les favorezcan.
El Lambeau Field de Green Bay es más conocido como la tundra helada y allí en 1967 se jugó la famosa Ice Bowl, que enfrentó a Cowboys y Packers en la final de conferencia de la NFC y donde los locales vencieron con un touchdown del quarterback Bart Starr “sobre la bocina” con una carrera de dos yardas. Aquel partido fue el más frío de la historia de la competición con -25ºC, y el campo se convirtió en una auténtica pista de patinaje.
A partir de ahí, ir a jugar al Lambeau Field en invierno ha sido una pesadilla para todas las franquicias. Sin embargo, los Packers en este tipo de condiciones climatológicas se sienten como “pez en el agua” y lo demostraron este domingo ante los Seahawks. Y para este fin de semana las previsiones, pese a no hablar de nieve, predicen -19ºC y una sensación térmica de -29ºC.
Por otro lado, en Boston, los New England Patriots juegan sus partidos como locales en el Guillett Stadium, otro campo con temperaturas gélidas. Sin embargo, así como a los Packers les viene como “anillo al dedo” el frío y la nieve, al juego de los Patriots le viene bastante mal. New England basa su estrategia en el pase, un tipo de juego difícil de llevar a cabo con viento y nieve. Además, está claro que todo aquello que complique el normal desarrollo del juego, suele favorecer al equipo inferior, en este caso a los Chargers. Y para este fin de semana se espera -10ºC y puede que nieve en Foxborough.
Resumiendo, el clima va a jugar un papel importante una vez más en la NFL. Seguro que todos los equipos siguen muy de cerca las previsiones meteorológicas y miran al cielo esperando que las condiciones climatológicas les favorezcan.
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