jueves, 24 de enero de 2008

Un escenario digno del mayor evento deportivo sobre la tierra

Quedan diez días para la Super Bowl. Los equipos la preparan a conciencia en sus respectivas ciudades, New York y Boston. Mientras tanto, a miles de kilómetros de estas dos megalópolis de la costa este americana, se prepara el escenario del gran partido. Este año, dicho honor recae en un estadio de reciente construcción: el University of Phoenix Stadium, situado en Glendale, a las afueras de Phoenix, Arizona.

El campo es el “hogar” desde la temporada pasada de los Arizona Cardinals, que este año han rozado la clasificación para los play offs. En él caben hasta 73.000 personas, tiene un techo retráctil y cuenta con un césped artificial. La instalación es una auténtica “joya” arquitectónica. Desde fuera, su imagen recuerda al Allianz Arena de Munich. No cabe duda, que el estadio está a la altura del evento.


El lugar donde se celebra cada año la Super Bowl es escogido antes del comienzo de la temporada entre todos los estadios de los 32 equipos participantes. Sin embargo, hay una regla no escrita que dice que tienen que ser campos de estados del sur o domes. Esto se hace así para evitar el frío y reducir al máximo la posibilidad de que las inclemencias meteorológicas desvirtúen el espectáculo, no sólo el partido, si no todos los actos que el encuentro lleva consigo, entre los que destaca el famoso show del descanso.

Sin embargo, a muchos aficionados al fútbol americano no les importaría ver una final en un estadio del norte, con la posibilidad de que nevase, ya que volvería más loco y más espectacular el partido como suele ser habitual en estos casos (Green Bay, Foxborough o Buffalo serían algunas opciones). De todas maneras, es una posibilidad prácticamente imposible, ya que no interesa ni a la televisión ni a la liga, que son los que mandan, Sin embargo, el University of Phoenix Stadium será un bello escenario para la Super Bowl de este año.

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